El oro y las esmeraldas hacen parte de la mitología y las tradiciones colombianas. Según cuentan las leyendas, el oro se convirtió en granos de maíz para alimentar al pueblo indígena muisca y las esmeraldas son la cristalización de las lágrimas de amor y culpa de una princesa indígena llamada Tena.
Antiguamente los indígenas extraían el oro y lo transformaban en hermosas piezas de arte. En la actualidad, la explotación del oro de veta y aluvial se ha convertido en uno de los rubros económicos más importantes para el país y nuestro oro y nuestras esmeraldas se exhiben en las joyerías más lujosas de las grandes ciudades del mundo.
Las esmeraldas colombianas conforman el 55% del total de las esmeraldas del mundo. Por las condiciones del subsuelo donde se las encuentra son muy resistentes, brillantes y transparentes. Se explotan en las montañas de piedra del departamento de Boyacá y desde allí se llevan a los mercados nacionales e internacionales. Por eso se dice que no es posible venir a Colombia sin llevarse una esmeralda. ¡Compruébelo usted mismo!
