De once especies de palmas de cera que crecen en la cadena montañosa de los Andes, siete nacen exclusivamente en territorio colombiano. Estas palmas pueden tener una altura de hasta sesenta metros, son esbeltas, longevas e imponentes.
En tiempos pasados la palma de cera se utilizaba para la elaboración de velas destinadas al alumbrado de las casas y de los santos de las iglesias. Actualmente, esta palma se ha convertido en un atractivo turístico de la región cafetera y en especial del Valle de Cocora, donde puede apreciarse en toda su elegancia y altura.
La palma de cera es única en su especie, puede crecer en montañas de hasta 3.000 metros sobre el nivel del mar y no en las llanuras de climas cálidos, como las demás variedades de palmeras.
La palma de cera del departamento de Quindío es el árbol nacional de la república colombiana desde 1949. Y para que vea con sus propios ojos por qué se considera el árbol nacional, lo invitamos a conocer el Valle de Cocora, donde puede deleitarse con el paisaje montañoso y cafetero en que se encuentra este exótico árbol.
