Caminar alrededor de la laguna de Tota es un paseo hermoso que ningún visitante puede perderse. El desplazamiento por carretera desde las ciudades de Bogotá o Tunja es sencillo, bien sea en transporte público o privado. El lugar cuenta con una variedad de servicios hoteleros que le permitirán entrar en armonía con el misterioso ambiente de este lugar sobre el que, desde tiempos muy antiguos, se han tejido leyendas como esta:
En el valle sagrado de Sugamuxi, donde está ubicada la laguna, había un agujero enorme y árido en cuyo interior habitaba una enorme serpiente que a todos causaba pánico. En un momento de sequía, el gran sacerdote de la tribu reunió al pueblo y luego de que una bailarina descabezara al animal, tirándole un disco de oro, arrojó al orificio una enorme esmeralda que los dioses le habían regalado. La piedra verde y brillante se convirtió en una fuente de aguas verdeazuladas y esto sigue sucediendo en nuestros días: la esmeralda que yace en el fondo de la laguna nunca ha dejado de volverse agua. Los campesinos de la región cuentan que las islas que sobresalen en medio de la laguna de Tota son los restos fosilizados del enorme animal que allí vivió.